sábado, 28 de noviembre de 2015

El Delegado representa los intereses del pueblo, los electores son la autoridad

¿Para qué plantear problemas si al final no se resuelve nada?, es una frase que se ha hecho común escuchar  entre los electores de diversas circunscripciones.
Quizás por desconocimiento de  las funciones del delegado que elegimos para que nos represente, o porque muchos piensan que  es solo plantear el problema  y sentarse a esperar que el delegado lo resuelva, las razones pueden ser muchas, pero lo cierto  es que familiarizarse con planteamientos como éste, trae consigo la inasistencia y la no participación activa de las masas en las actuales asambleas de rendición de cuenta del delegado a sus electores. Es importante tener presente que aunque el delegado representa los intereses del pueblo, los electores son la mayor autoridad en cada demarcación y esa es la esencia de nuestro sistema democrático.
El poder radica en la participación del pueblo en la solución y decisión de asuntos estatales. Recordemos las palabras del Presidente del Consejo de Estado y de Ministros  de Cuba Raúl Castro, cuando al referirse a las rendiciones de cuenta expresó:

“…los delegados trasladarán las quejas y opiniones de las masas a la asamblea, harán proposiciones (…) y luego a través del contacto con las masas (…) y participando en las comisiones (…), controlarán como las direcciones administrativas cumplen los acuerdos y decisiones tomados…”

El delegado está en la obligación de atender las inquietudes, dudas, planteamientos y tramitar respuestas o soluciones a corto, mediano y largo plazo según sea el caso y hasta controlar y fiscalizar  el desarrollo eficiente de las entidades con su participación  en la definición de la política a seguir  para ello, pero no distribuye ni administra nada.

Soy del criterio de que urge ganar en asistencia y participación activa  y no perder la oportunidad que tienen las masas de informarse por la fuente autorizada y confiable sobre aspectos medulares de carácter económico y social y de  plantear  los problemas que afectan a la comunidad y hacerse partícipe de su  solución.
Pienso que es preciso incorporar jóvenes al debate  y lograr que ellos se sientan parte activa en la actualización del nuevo modelo económico político y social al que aspiramos todos.

Pero para lograr lo anterior no basta enamorar con palabras, los mensajes tienen que motivar la búsqueda de juicios en ellos  y máxime si tenemos en cuenta  que en su mayoría son nacidos en circunstancias excepcionales de período especial y no vivieron en carne propia las consecuencias de un proceso eleccionario en el sistema capitalista.

Considero que lo anterior puede ser un llamado  de alerta  al funcionamiento de estos espacios que demuestran una vez más que debemos cambiar métodos y estilos de trabajo.

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