Tierra que se caracteriza por la siembra de tabaco, cultivos varios, forestales, pesca y ganadería, el municipio de Sandino en Pinar del Río fue una de las primeras urbes construidas íntegramente por la Revolución.
Me siento afortunada de haber vivido 47 de los 52
años de fundado y de formar parte de
este pueblo dotado de personas afables,
cariñosas, jaraneras y hospitalarias, conocedoras de los principales acontecimientos
históricos de la localidad, que la hacen
ser diferene.
Es el terruño donde el líder histórico Fidel Castro personalmente
hizo entrega de los títulos de propiedad
de las tierras a los campesinos, donde
se ama y respeta el ejemplo de aquellas
personas que con los más nobles ideales, esfuerzos y sacrificios, se sumaron a
la ejecución de un grupo de medidas
establecidas, que incluye la implementación de planes agrícolas, la creación de granjas estatales, la alfabetización y la
edificación de escuelas.
Por ser el territorio donde se alzaron en combate los Hermanos Lazo,
donde todavía se respira la presencia del Che y el sitio que afianzó el carácter solidario del proyecto de la
Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), a través del nacimiento de la
Villa Bolívar, inaugurada por Fidel y
Chávez, momento en que tuvo lugar el Aló Presidente 231 del
Comandante de la Revolución Bolivariana.
Amo este municipio que más
tarde abrió sus puertas a jóvenes de
otros países que además de estudios, encontraron en esta pequeña urbe
occidental hasta una nueva familia y que hoy exhibe importantes logros en los
sectores de salud y educación.
Y qué decir de las bellezas de sus playas y los tesoros de Guanahacabibes, con su Proyecto de desarrollo
Integral y nuevas estructuras para facilitar la estancia de turistas y el
cuidado del medio ambiente.
Evidentemente me enamoré de esta ciudad noble, sencilla y acogedora, para la que
anhelo un futuro más animado, lleno de oportunidades.
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