Juventud y legado de Fidel han de andar de la mano

Al llegar cada  12  de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud, declarado por la  Asamblea General de las Naciones Unidas, dando cumplimiento a   la recomendación de la Conferencia Mundial de Ministros encargados de la Juventud, a raíz de la primera sesión del Foro Mundial de la Juventud de 1996.

La efeméride deviene en festejo a través de acciones deportivas y  recreativas, además de otras  actividades  protagonizadas por los jóvenes,  encaminadas a incrementar el conocimiento que ellos poseen sobre la situación global de la juventud  y promover políticas trazadas  sobre la base de  la comprensión de sus necesidades y aspiraciones.

En Cuba donde los jóvenes se caracterizan por  el entusiasmo, la  alegría y energía se le atribuye  gran significado y así  nos lo enseñó el Líder  de la Revolución Cubana Fidel Castro, quien   siempre tuvo mucha fe en la joven generación  y para ellos planteó disímiles objetivos con el propósito  de lograr que la juventud cubana fuera responsable y que tuviera valores revolucionarios, altruista, de sacrificio, de una ética y moral elevada.

Inculcó en ellos  carácter, voluntad, amor a la patria, a la Revolución y confianza en sí mismos, aseguró  que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas. Fue incansable en la búsqueda de alternativas para que   no quedara un joven desvinculado del estudio o el trabajo  y se formara integralmente.  Llegó  el momento de reciprocar.

 Ésta es la primera celebración de los jóvenes  sin la presencia física de Fidel,  pero les dejó su legado, la fuente de inspiración para  crecerse y no flaquear, pensar que  todo es posible y no defraudar la confianza de quien en manos de los jóvenes siempre puso su esperanza de victorias.

En sus manos está el futuro de la Patria,  su accionar es imprescindible para dar continuidad a las actuales transformaciones que tienen lugar en nuestro país en relación con la actualización del modelo económico.