domingo, 14 de octubre de 2018

Para multiplicar su alegría

Con el entusiasmo que los caracteriza todos los niños del mundo promueven de diversas formas hoy el Día Internacional de la Infancia instituido por la Asamblea General de Naciones Unidas   en 1956.

En Cuba lo celebran de manera especial  porque son  privilegiados,   pues cuentan con un cuerpo legislativo creado por la  Revolución, dedicado a garantizar la supervivencia, su desarrollo, protección y participación, existe  un Código de la Niñez y  una  ley de la maternidad, con extraordinarias ventajas para la madre.

Pensemos en que ellos son la población vulnerable que más se afecta frente a la actual crisis  y el bloqueo económico, financiero y comercial  a que es sometida la isla  desde hace más de cinco décadas.
Si nos detenemos solo en  el sector de la salud no podemos dejar de mencionar como  esa política hostil impide la adquisición de medicamentos para los niños con leucemias agudas, maximizan  las restricciones para el envío de donación de medicamentos por organizaciones norteamericanas cuya  demora interrumpe los tratamientos por ejemplo de hemopatías malignas.

Cuba tiene que adquirir  fármacos en terceros países, incrementándose los costos por transporte y almacenamiento, sin embargo, a pesar de todos los obstáculos los médicos cubanos  se crecen  y garantizan a los pacientes una  atención especializada gratuita.

Aquí todos los niños y niñas, tienen los mismos derechos sin  importar su raza, su religión, su procedencia o las ideas de sus padres, tienen derecho a vivir, a desarrollarse y a alcanzar su máximo potencial en la vida que incluyen la alimentación, educación, el juego y el descanso, actividades culturales y hasta  conocer  de sus propios  derechos.

Cada infante cubano está protegido contra 13 dolencias, algunas de las cuales constituyen flagelos en muchos países de América Latina y África, como  la Poliomielitis, Tuberculosis, Difteria, Tétanos , Tos ferina, Sarampión, Hepatitis, entre otras  y constituyen una  prioridad  aquellos con necesidades especiales.

Pienso que dedicar este día a la infancia no basta, dediquémosle  entonces todos los días de la vida para multiplicar su alegría en cada colectivos de primaria, secundaria básica,  enseñanza especial, círculo infantil, parque o barrio  y sirva  para hacer un llamado sobre las necesidades de los más pequeños y para reconocer la labor de las personas que cada día trabajan para que  ellos sean felices y tengan un futuro mejor.

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