jueves, 12 de junio de 2014

14 de junio: motivo de recordación para grandes figuras



Pocas veces o casi nunca, encontramos en la historia nacional la coincidencia de que un día sea motivo de recordación para figuras relevantes o destacadas: el 14 de junio es, sin duda, una fecha privilegiada en el  calendario para los cubanos.


Con la diferencia de 83 años, ese día  nacieron dos emblemáticas figuras históricas, portadoras de cualidades que los convirtieron en paradigmas para cualquier generación. En 1845, Antonio Maceo y Grajales y en 1928, Ernesto Guevara de la Serna, a quien, aunque no tuvo a Cuba como la tierra que lo vio nacer, los cubanos lo consideran como tal.

Maceo y Che, ambos desde muy jóvenes se incorporaron a las acciones independentistas, se preocupaban por todo lo que  los rodeaba y las experiencias vividas los marcaron para toda sus vidas. Otros hechos, amén de la fecha de nacimiento, resultan coincidentes en sus trayectorias.

Maceo en la guerra iniciada el 10 de octubre de 1868 y con solo 23 años, desplegó tal arrojo y valentía que muy pronto ascendió en grado y cargo.

El Che, decidió recorrer el continente junto a su amigo Alberto Granado para tratar relaciones con el pueblo. En México, conoció el Che de los preparativos que realizaba el grupo de revolucionarios encabezados por Fidel, con el propósito de embarcar hacia Cuba e iniciar la lucha contra el gobierno dictatorial de Fulgencio Batista; de inmediato se sumó a la empresa convencido de su justeza.


También procedente del exterior se produjo la incorporación de Maceo al proceso independentista iniciado en 1895, pues luego de finalizada la llamada Guerra Grande, había salido de Cuba a fin de crear condiciones para el futuro nuevo alzamiento.

Ambos llegaron en años diferentes por mar y las costas orientales fueron el escenario propicio para la concreción de sus aspiraciones.
Mas temprano que tarde Maceo y Che se convirtieron, cada uno en su tiempo histórico, en figuras claves e imprescindibles para el desarrollo del accionar combativo; el primero, fue el hombre más cercano y de confianza de Máximo Gómez, por lo cual lo nombraron segundo jefe de las fuerzas cubanas. El argentino-cubano siempre estuvo muy cercano a Fidel y, al paso del tiempo, se convirtió en uno de los jefes más importantes del Ejército Rebelde.
 
Ambos abrazaron similar propósito y supieron imponerse a cualquier dificultad con los riesgos que el empeño requería.

Y como si estas casualidades no fueran suficientes, tanto uno como otro tuvieron el privilegio y la gran responsabilidad de ser portadores de la llama insurgente desde Oriente hasta Occidente; Maceo, en 1896; el Che, en 1958, precisamente en el intento de reeditar la hazaña del primero contra la dominación española.

Otra coincidencia los enlaza para siempre en nuestra historia. Aunque en escenarios diferentes, ambos cayeron en defensa de aquello que constituyó su ideal y siempre guió el andar de ambos por la vida: la independencia plena.

Periodista: Milady Reina Bernardo Pérez
milady@rsandino.icrt.cu

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